miércoles, 2 de julio de 2014

DEXTER ¿Alguien de ustedes ha visto la película “Siempre el mismo día?

Bueno la trama es sencilla, dos personas que se conocen y se vuelven grandes amigos, hasta que él se da cuenta que todo lo que quiere en su vida es a ella,  luego como buena película romántica, hay una desgracia,  hasta ahí llego el amor, los protagonistas son Emma y Dexter.
Esta semana vi a mi Dexter, ese hombre al cual amo con todo mí ser,  no puedo tenerlo,  no es por falta de ganas, cariño o interés, mas bien nuestro destino  es NO estar juntos.
 ¿Qué cómo lo sé? Porque tenemos una historia de 18 años, en la cual solo hemos podido estar juntos un par de instantes…

Lo conocí una tarde de Agosto, si mal no recuerdo, acababa de entrar a la vocacional,  muy mona yo  me inscribí a un taller literario (en ese entonces no sabía que era y hoy menos) mi intención no era conocer a alguien solo apareció, con su sencillez y su forma tan amarga de ser, no me enamore al instante de él, con el tiempo y la convivencia logro que me enamorara de él. No fue fácil, más bien fue difícil, teníamos todo en nuestra contra, el horario, nuestras carácter, nuestras historias, nuestra vida y sobre todo nuestros sueños, aun así lo intentamos.

En ese entonces, aún no eran tan accesibles los teléfonos celulares, por lo que solo nos veíamos en el intermedio cuando él salía de la escuela y yo entraba, mi primera cita con él fue ir a la biblioteca México.  ¿Quién te lleva a una cita a una biblioteca? Pues él lo hizo, y he de confesar que fue mejor de lo que yo creía.

Sin embargo, ese primer acercamiento solo nos duró unos meses, cinco o seis, no recuerdo con exactitud y nos separamos. Él salió  con alguien más y yo con algunos más, nuestra sorpresa fue volvernos a encontrar  tres años después, cuando ambos estábamos en la escuela superior, él sin ella, pero yo aún con alguien. Fue increíble lo que sentí cuando me abrazo y pude sentir su cuerpo junto al mío, porque nunca supe cuanto ansiaba esos abrazos hasta aquel momento.

Cuatro años después volvimos a ser víctimas de  la fatalidad de nuestro destino y nos reencontramos, parecía que el destino ahora si había hecho su parte, ambos estábamos solos y decidimos volver a intentarlo. Fue simplemente mágico, ambos habíamos “madurado” o al menos eso creíamos, teníamos el futuro para nosotros, seguía necesitando esos brazos, esos besos y a ese hombre. Y, un día sin saber por qué lo dejé. Sí, fui yo la que lo dejó, no me importaron sus sentimientos, sus ruegos ni nada.

Pasaron cerca de siete años, en los que yo triunfe y fracase en todos los aspectos de mi vida, en los que hubo más historias y en los que  nunca pude perdonarme por haberlo dejado. Con  las redes sociales, nos volvimos a encontrar, cabe mencionar que fue el quien dio el primer paso, debería odiarme por lo menos, pero no, él no es así. Y cuando nos volvimos a ver, me sentí como esa niña que lo conocía hacia tantos años atrás.

Cuando me  abrazo, fue como si el tiempo se detuviera, como si nunca nos hubiéramos separado, como si el destino nos tuviera preparado ese momento y por fin lo estábamos viviendo, para desgracia nuestra, ambos estábamos con alguien y por respeto a esas terceras personas en cuestión, decidimos no seguir más.

Sin embargo sigue siendo la persona a la que recurro cuando algo está mal y yo sigo siendo la mujer con quien el quisiera estar. Por eso es mi Dexter, porque a pesar de que sabemos que queremos estar juntos, no queremos que nos pase una desgracia. Yo puedo ser yo con él y él puede tener miedo conmigo.

Saben ¿cuánto  duele decirle “Te quiero” a la persona que más amas y que te ama con la misma intensidad y saber que nunca podrán estar juntas?

Sabiendo que por más que se esfuercen, lo más que puede pasar son instantes, que esos instantes es lo único que tendrán, qué no hay nada que desees más en este mundo que él sea feliz aunque no sea a tu lado.

Sé que en algún momento, mi Dexter encontrara a la mujer que está buscando  y sé que no seré yo, porque si fuese yo, acabaríamos con este amor que nos tenemos.
Así que hoy solo puedo dar gracias por tenerlo en mi vida y porque aún tenemos nuestros instantes.

la entrada que acabas de leer fue escrita de forma anónima. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario